jueves, 8 de enero de 2015

Adiós...

Aquél año pasaron cosas muy importantes:  Tuvo lugar el primer vuelo transatlántico, se implantó la jornada laboral de ocho horas en España, se firmó el tratado de Versalles, Alfonso XIII inauguró la primera línea de metro de España, la Mancomunitat de Catalunya aprobó el Projecte d'Estatut d'Autonomia,...y, desde entonces hasta ahora, durante casi un siglo no han dejado de pasar cosas. Hechos y acontecimientos políticos que han cambiado en varias ocasiones y en diferentes sentidos el rumbo de la historia, avances tecnológicos impresionantes,...Cómo ha cambiado el mundo en este tiempo...Quién te iba a decir a tí que todos (y todas!) tendríamos nuestro propio coche, que en todas las casas tendríamos lavadora, secadora, microondas,...que la voz de las personas del pueblo sería escuchada, incluso la voz de las mujeres..., el misterio de la televisión, teléfono en todas las casas,...el móvil e internet! Y en todo este tiempo de cambios constantes y vertiginosa evolución, gente buena. Nada de toda esta evolución tendría importancia ni sentido si no existiese la gente buena. La que se dedica a los demás de corazón, los héroes y salvadores de las personas que se entregan a los demás sin esperar nada a cambio, las personas de corazón grande que hacen pequeñas grandes cosas cada día y que nunca saldrán mencionados en los libros de historia ni en Wikipedia.  Podríamos haber continuado sin ninguno de estos cambios importantes, pero no sin la gente buena. El verdadero motor de la humanidad. Gente que con su esfuerzo desinteresado cuida de nosotros, 'tira del carro' cuando es necesario,...hacen tanto desde abajo, sin que apenas se aprecie y, mucho menos se valore. Hoy se nos ha ido una de estas GRANDES PERSONAS, buena gente,...la más generosa y buena que he conocido, implicada y cuidadora como nadie de los suyos y de los demás, recibiendo a cambio muchísimo menos de lo que se merecía e, incluso padeciendo el dolor que provoca el desprecio de quien más puedes querer en la vida,...Qué pena que te hayas ido! Y qué suerte es haberte conocido y que hayas estado en mi vida! Sabes que en mi corazón siempre vas a estar. Me quedo con la enorme tristeza de que te vayas pero con el consuelo de que allí donde vas encontrarás paz y descanso.