jueves, 23 de mayo de 2013

La televisión de nuestros días...

Me apetece hablar de los programas freak.

Porque ya es un típico muy grande eso de decir que todo el mundo los ve pero nadie lo reconoce y que todo el mundo conoce a los personajes del corazón pero siempre es de “un día que estaba haciendo zapping”. Y ya está bien de decir siempre lo mismo.

A ver, ¿por qué nadie se cree que pueda haber personas en este mundo que no vean estos programas? Yo reconozco abiertamente que me gustan, aunque no todos, desde luego. Soy bastante sibarita para mis freakadas.

Antes me encantaban todos y cada uno de los programas en los que salía la reina de los freakies: Belén Esteban. Me fascinaba esta mujer porque alucino mogollonis cómo una persona puede ser tan ordinaria y sentirse tan importante a la vez. Abanderada de la incultura y de la ignorancia se cree ella tan super chic porque viste de Mango y es que, obviando las opiniones que pueda cada cuál tener sobre los diseños de esta firma (a veces súper acertados, otras veces horrendos), no lo entiendo (“mentiendes?”, pués no, lo siento) porque no se puede ser más vulgar…O sí, si por vulgaridad interpretamos los gritos, improperios y frases pretendidamente cultas que se convierten en pedantes, por calificarlas delicadamente de alguna manera. Ahí tiene un sinfín de compañeros de programa y de cadena que son la horma de su zapato.

Pero a mí me entretienen o, mejor dicho me han entretenido durante una larga temporada. Ahora me aburren muchísimo y, aunque me gustaría seguir divirtiéndome con sus cosas acabo dormida delante de la televisión porque me agobian soberanamente. Y ahora que digo lo de “soberanamente”, este tema sí que me apasiona.

Las chicas de Mango


Estoy enganchadísima a las andanzas de la familia Real. Es una pena que no se hable de ellos tanto como me gustaría. Es cierto que antes se hablaba mucho menos y de una manera mucho más “delicada” pero los cotilleos sobre esta familia me vuelven totalmente crazy.

Dicen que Letizia está detrás de todo lo que está ocurriendo porque filtra información a sus antiguos amigos periodistas y que ha llegado a un acuerdo con el príncipe para tener sus días libres porque se agobia un montón estando siempre pendiente de los actos institucionales y estas cosas y se va con sus amigas vestida de persona normal para pasar desapercibida. Qué fuerte, si a ella también se le ha visto vestida alguna vez de Mango en un evento importante, qué debe de ser para ella ir de persona normal?
Otra que se cree súper chic!
Quizás piensa que por ir tan estirada al lado del príncipe es más elegante, pero yo creo que, al ser tan pequeñita ella y tan alto él cuando se estira tanto parece el bastón de su marido, que, por cierto, es una suerte que no esté cojito como su padre, el rey, porque creo que en ese caso sí que la broma estaría asegurada. Y que conste en acta que a mí esta chica no ne cae nada mal. Al contrario. Además conozco muchas mujeres en situación similar, procedentes de familias humildes que se casan con señores de familias más acomodadas, y se intentan poner a la altura del nuevo entorno social al que se unen. A veces lo consiguen sobresalientemente y a veces se convierten en una especie de caricatura super extravagante. Pero si son felices así quién soy yo para juzgar a nadie...

Volviendo a los programas freaks, otro que también me gusta ver y con el que últimamente también acabo dormida es con La Noria, conocido ahora como El Gran Debate. Van del rollo programa de interés social porque hablan de temas importantes, como el paro, la política y esas cosas. Pero no tienen una harmonía en sus conversaciones, más que un gran Debate es una gran batalla. 
Tampoco creo que personas que vean documentales de animalitos, National Geographic o similares se diferencien tanto del resto de los televidentes. Cuáles son las diferencias entre ver a un león perseguir, atacar y comerse a una pobre jirafita o ver a un calvete cuyo nombre en sí ya es desagradable (Matamoros) acosando e injuriando al pobre famosete de moda esa semana? Al final, todo va de lo mismo, de disfrutar viendo cómo unos, que son o se creen superiores devoran a los más frágiles o débiles. Y, fíjate que me reservo totalmente mi opinión sobre los programas que hablan en serio de política, economía o sociedad...O de los programas donde se nos presentan otras ciudades del mundo, otras culturas,...nos parecen tan curiosos, tan apetecibles de visitar, sin embargo cuando estas culturas se acercan a nuestros espacios ya no nos parecen tan apetecibles. Allá cada cuál con lo que piense!!!

No comento nada de otros programas freaks como Gran Hermano o Gandía Shore. El primero no lo he visto jamás, lo siento. Conociendo a algunos personajes a través de los programas de la cadena amiga ya tengo suficiente como para saber que creo que no podría asimilar el empacho de ver a tantas Jennys y tantos Johnnys juntos y a la misma vez. Lo intenté viendo un día un ratito de Gandía Shore y mis ojos sólo pudieron sufrir unos escasos minutos de las garruladas de estos "chicos y chicas" en una discoteca con música atronadora...Hubo un programa donde Carmen Lomana intentaba "refinar" a unas chicas de este estilo pero, sinceramente, creo que hubiera hecho mejor en no mezclarse con ellas ya que tienen un poder de arrastre muy fuerte y, es que, no sólo ella si no hasta el señor que educaba en protocolo a estas "señoritas" y que según decía había sido jefe de protocolo de importantes casas del estado, acabó en Sálvame con Belén Esteban y es que, si algo hay que reconocerle a esta chica es que, en cuestiones de freakadas el círculo empieza y acaba siempre en ella...

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