¡¡Hola!!
Ya sabes que últimamente me ha dado por poner a prueba el Método Konmari.
Esto se debe a que me paso la vida poniendo orden en casa pero enseguida se revuelve todo. Y todavía no había dado con el sistema duradero para no tener que estar siempre liada con lo mismo.
Debo de decir de antemano que, el Método de Marie Kondo está funcionando con mi cajonera de jerséis y camisetas. Por eso es que me he decidido a ponerlo en práctica también con mis bolsos.
Como ves en la foto, el mío no era tanto un problema de orden sino
- de ubicación, porque no pintan nada compartiendo espacio con las blusas y camisas
- de espacio, porque no caben bien
- y de visibilidad, porque colocados de esta maneras hay muchos bolsos que quedan escondidos y se me “olvidan”
PASO A PASO DEL MÉTODO A “MY STYLE”
Bueno, lo de “my style” creo que es importante tomarlo en consideración. A ver, si eres caótica y no sabes cómo organizarte, mejor no te concedas esta licencia, pero si estás dentro de un orden, puedes permitirte adaptar el método a tu manera, siempre y cuando no se pierda su esencia y no te alejes del objetivo de conseguir que ese nuevo orden te ayude en tu día a día.
1.- Poner todos los bolsos en una superficie plana.
Casi siempre será la cama, pero puede ser una mesa o el suelo. Lo que te sea más cómodo. Lo importante es que los reúnas todos en el mismo lugar para ser consciente de la cantidad de bolsos que tienes y del espacio que vas a necesitar para ubicarlos.
2.- Ordenarlos por colores y categorías.
Yo lo hice, más o menos así:
- Por colores (negros, marrones, rojos y varios)
- Por categorías (básicos, totes, cestos, mochilas y clutches)
No te creas que es tan fácil. Ya verás cuando te pongas a ello cómo hay algunos que podrían estar en diferentes categorías a la vez. No te preocupes, sigue tu lógica. Después de todo tu orden va a ser para ti.
3.- Descartar los que no queremos.
¡Ay! Para mí éste fue el paso más difícil y el que creo que cumplí peor.
Por un lado, lo “obsceno” de tener tantos bolsos.
Aunque te aconsejo que dejes los exámenes de conciencia para otro momento, no deja de ser tremendamente gráfico y llamativo verlos todos colocados ocupando toda la cama. Pero ahora estás para ordenar, no para culpabilizarte. Temas como lo sostenible de la piel natural, el derroche económico que podrías invertir en causas humanitarias,... son cuestiones que deberías de plantearte frente al escaparete la próxima vez. Ahora, con los que tienes en casa ya no hay remedio, así que te recomiendo que te centres...
Por otro lado, desprenderme de mis queridos bolsos. Como ya me pasó con las camisetas, no puedo descartar bolsos en función de la felicidad que me aportan. Me pueden gustar mucho pero feliz, en toda la extensión de la palabra, me hacen mis seres queridos, no las cosas materiales. Por eso yo me centré en lo viejos que estaban, en si se podían o no arreglar (a mi pobre marido le tuve cambiando asas de un bolso a otro...) y en si me habían dejado de gustar.
¡¡Me di cuenta de que no tenía un bolso de color blanco!! Y eso me hizo tomar conciencia de lo poco comprometida que estoy con el Método... ¡Debería estar pensando en reducir en lugar de en incrementar mi “parque” de bolsos!
En resumen del paso 3, aún con todo el esfuerzo del mundo, logré deshacerme de siete bolsos. De momento me doy por satisfecha...
4.- Vaciarlos.
Vuélcalos sin piedad en una bolsa o caja grande y vacía su contenido. Luego ya clasificarás lo que te quedas o no. Pero te va a sorprender la cantidad de cachivaches que almacenamos en los bolsos sin ser conscientes de ello (principalmente si eres mamá): paquetes de pañuelos, tubitos de muestras de perfume, las sorpresas de los huevos Kinder, horquillas y coleteros para el pelo, bolígrafos, caramelos y chicles, ¡entradas de cine!,... Esto a mí SÍ que me ha servido de lección y a partir de ahora voy a revisar y vaciar cada día mis bolsos antes de guardarlos. Hasta ahora no se me había ocurrido nunca y me he avergonzado a mí misma. Lo que voy a hacer es buscarme de esas bolsitas interiores de bolso para tener siempre los imprescindibles (pañuelos, perfume,...) y facilitarme el proceso de pasarlo de un bolso a otro cada vez que haga el cambio.
5.- Revisa tu casa antes de empezar a colocarlos definitivamente
Buuuuusca por toda la casa. Aunque creas que los tienes todos localizados y aunque te creas muy ordenada seguro que aparece algún otro en un rincón y en este momento no te acordabas. En mi caso, un Obag que, por su tamaño y rigidez no me cabía en el armario y lo tenía en un rinconcito del vestidor, en el hueco de un mueble con la pared. Y otro plegable que, vete tú a saber porqué, había decidido doblar y meter en un cajón (creo recordar que se estaba todo el rato cayendo y era un engorro)
6.- Prepara el espacio
Selecciona el lugar donde vas a ubicar tus bolsos y acondiciónalo. En mi caso, yo debería de añadir una balda en mi armario pero, a la espera de que mi maravilloso marido, que detesta el bricolaje, se decida a instalármela, he buscado una solución provisional: una mesita de desayuno de Ikea, que hace las veces de estante y que encaja a la perfección. (Por si te estás preguntando porqué no coloco yo la balda... Soy muy atrevida, pero muy patosa para estas cosas... la última vez que me puse, intenté poner una barra de colgar la ropa con Patek-No más clavos y el invento duró tres segundos... Yo soy más de pintar paredes... glups!...)
7.- A colocar!!
Pués eso es. Coloca los bolsos intentando respetar el orden por el cuál los has clasificado previamente.
Colócalos uno al lado del otro.
Intenta que los de uso más habitual te queden más a mano. Yo, por ejemplo, uso mucho el Tous y el Versace negros y el Cavalli y el MK marrones, así que son los que he colocado a la altura de la vista y más fáciles de coger.
Procura no hacer filas, para que no te queden bolsos escondidos. Y, si como a mí, te ocurre que no te caben todos en primera línea y tienes que hacer filas, pon detrás aquellos bolsos que usas menos. En mi caso, los capazos y los bolsos “sporty”
Puedes aprovechar para colocar los clutches y bolsos de fiesta en el lugar menos accesible porque como no son de uso diario (por lo menos no en mi caso...) no hace falta que los tengas tan a mano. Y si los colocas todos juntos en una bandeja te será más fácil acceder a ellos.
EXTRA
Tips del método q no voy a seguir:
- Quitar las fundas de los bolsos. Sé que estéticamente quedan mejor fuera de sus fundas, pero, lo siento, los valoro mucho, me gustan demasiado y me gusta cuidarlos. Y en las fundas se conservan mucho mejor.
- Meter unos dentro de otros. Esto me parece una “aberración” del Método y me niego en rotundo a hacerlo. Se pueden estropear, coger mala forma, rascarme con los cierres y cremalleras al meterlos y sacarlos,... Sólo de pensarlo se me pone la carne de gallina y me parece tan impropio de un sistema tan exigente como el de Marie Kondo que me cuesta creer que eso sea un consejo suyo, aunque lo haya leído con mis propios ojos en su libro
Si has llegado hasta aquí ya tienes organizados tus bolsos!! Enhorabuena!!!
Yo estoy muy contenta de cómo han quedado y de lo fácil que me está resultando cogerlos y soltarlos cada día, que, al final de eso también se trata, de que el nuevo orden nos facilite la vida.
Si queréis comentar o añadir algún tip ya sabéis... Merci!!
Ciaíto ;)
Eva
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